Este tratamiento de infertilidad constituye el tercer peldaño en la escalera de técnicas de reproducción asistida. Es uno de los tratamientos que brinda la mayor tasa de embarazo. También llamada fecundación in vitro ó inseminación in vitro, esta técnica se realiza en centros de reproducción asistida debido a su alta complejidad.
La Fecundación invitro consiste en fecundar los óvulos con los espermatozoides en el laboratorio para obtener embriones que, posteriormente, se colocarán en el útero materno.
Esta técnica se realiza desde el año 1978 cuando Louise Brown, primera persona en nacer por medio de fecundación in vitro, nace en Inglaterra. A través de todos estos años, se ha podido mejorar este método y, actualmente, es utilizado en miles de clínicas alrededor del mundo.
Al principio, una de las mayores incógnitas era estudiar si el uso de esta técnica podría perjudicar el desarrollo o la salud de los niños. Después de algunas décadas, hoy en día se sabe que el uso de esta técnica no afecta al desarrollo ni la salud de los recién nacidos, hecho respaldado por los más de 5 millones de bebés nacidos por fecundación in vitro desde 1978.
El objetivo de la Fertilización in vitro es asegurar la fecundación del óvulo por el espermatozoide, corrigiendo así diversos factores que pueden ser la causa de infertilidad tanto masculina como femenina.
En la Fertilización in Vitro se puede utilizar el semen de la pareja o en caso necesario semen de donante.
Consiste en estimular los ovarios por medio de medicamentos orales o inyectados, de manera que se produzcan un número suficiente de óvulos. Esta estimulación dura entre 8 y 14 días, siendo muy importante realizar ultrasonidos cada 5 ó 6 días para controlar, ajustando la dosis, el crecimiento y el número de óvulos que se van desarrollando.
Cuando se observa por ultrasonido que los folículos alcanzan el tamaño adecuado, es el momento en el que están listos para hacerlos ovular por medio de una inyección. El especialista indicará la hora exacta en que se debe aplicar el medicamento para ovular, se realiza extracción de los óvulos 36 horas antes de que se produzca la ovulación.
Este control debe ser realizado por expertos especialistas, por medio de ultrasonido vaginal, para evitar así complicaciones como un embarazo múltiple o el síndrome de hiperstimulación ovárica.
El día de la extracción de óvulos, unas horas antes del procedimiento, se prepara la muestra de semen de la pareja o de donante. Esta muestra se capacita en el laboratorio de andrología para seleccionar los mejores espermatozoides. Una vez seleccionados, se preparan para fecundar al óvulo.
Antes de que se produzca la ovulación, se extraen los óvulos y se colocan en un medio de cultivo dentro de incubadoras especiales en el laboratorio de embriología.
La extracción se realiza con una aguja que se introduce por vía vaginal y se dirige con ayuda de ultrasonido. Este paso es conocido como punción folicular. El procedimiento dura aproximadamente 20 minutos y se realiza con una sedación leve (anestesia por el suero) para evitar el dolor. No es necesario realizar incisión por lo que no queda cicatriz alguna.
Después de la punción, la paciente permanece unas horas en reposo a la espera de que los efectos de la sedación pasen. Posteriormente se le da el alta.
Una vez que se tienen los espermatozoides y los óvulos, la fecundación es realizada en el laboratorio de embriología. La fecundación se puede realizar de dos maneras:
Posteriormente se colocan los óvulos inseminados dentro de las incubadoras y se dejan en cultivo durante 19 horas, tiempo en el que se observa si fecundaron o no.
Después de 3 a 5 días en cultivo, los embriones se transfieren dentro del útero de la paciente. Este es un procedimiento que no necesita anestesia, dura unos cuantos minutos y las molestias son similares a la toma de un papanicolau. 15 días después, se realiza la prueba de embarazo. El porcentaje de éxito con esta técnica es del 55% por intento.
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