Después de un tiempo de vivir en pareja, la gente: familia, amigos,… empiezan a inquietarse sobre para cuando llegara un bebe, parece que la intimidad de la sexualidad les causa morbo e intriga, dando oportunidad a mil cuestionamientos en ese sentido, la pareja empieza a sentir una gran presión por tener que ser padres, pareciera que tener hijos fuese el cometido de toda relación.
Es importante aterrizar que esta gran carga de emociones la pareja la vive en grados e intensidades muy diferentes y desafiantes de acuerdo a su temperamento, criterio, madurez y comunicación entre ellos, dependiendo siempre de mecanismos de defensa que están constantemente haciéndose presentes para minimizar el dolor, la agresión y el miedo.
La pareja siente que no ha podido trascender por no poder reproducirse, situación que los detiene socialmente sintiéndose defraudados incrementando su ansiedad, depresión y estrés por tener hijos. El aislamiento se presenta en base a la discriminación social que ellos empiezan a sentir, la culpa, el miedo y el dolor de no poder ser papas.
En FiVER, desde el departamento de apoyo al paciente, trabajamos día a día para dar seguimiento a todas estas situaciones y hacer el seguimiento adecuado durante todo el tratamiento de fertilidad rebajando los niveles de estrés, nerviosismo y ansiedad, y aumentando las probabilidades de éxito durante el tratamiento.
Fdo: Claudia Dorantes Lago. (Apoyo al paciente Centro FiVER)