Es importante para la Psicología y para la Medicina Ginecológica que existan vínculos de apoyo en pacientes que requieren tratamientos de reproducción asistida, se ha comprobado que los protocolos establecidos producen una gran carga de estrés, ansiedad, y depresión en parejas que abordan estos tratamientos, ya que los porcentajes ofrecidos son bajos y las expectativas de la concepción en cuanto a la ilusión y esperanza se elevan al máximo.
El acompañamiento emocional durante estos tratamientos hoy en día es de vital importancia, debemos lograr que los procesos psicológicos se vean menos afectados ante la imposibilidad de poder procrear de forma natural, estas parejas sufren un gran deterioro interno, sus expectativas de sentirse completos cambia, su autoestima se ve deteriorada, su sexualidad deben dejarla dirigir por el reproductologo experto, la presión de su entorno psicofamiliar y psicosocial no se hace esperar, se sienten diferentes y detenidos en esa burbuja que no les permite seguir adelante con planes familiares, se sienten bajo la sombra de ser señalados y discriminados,suelen estar enfadados y enojados les molesta que el mundo los compadezca por no tener hijos, situación que los lleva a un sentimiento de frustración y ansiedad provocándoles niveles muy altos de estrés, lo cual distorsiona y repercute orgánicamente en la regulación hormonal de los ciclos menstruales provocando irregularidades.
Esta sensación se maximiza cuando por algún motivo o circunstancia en el pasado existieron situaciones que determinaron tomar soluciones como algún proceso de aborto provocado, algún acto agresivo de abuso sexual, o muchas veces el responsabilizarlos del cuidado de hermanos o familiares pequeños.
La relación de pareja se ve francamente afectada con este tipo de tratamientos al tratar de negociar ¿qué pueden hacer en función de la infertilidad?, la culpa es uno de los mecanismos que siempre salen a flote haciéndose presentes en la relación y en el entorno de sus vidas, situación que los estresa más y los profundiza en un miedo produciéndose desconfianza, aislamiento conductas autodestructivas, negación, irritabilidad, vulnerabilidad, agresión.
A veces en la parte médico-ginecológica todo está en óptimas condiciones, para concebir sin embargo el tan deseado embarazo no se presenta, la parte psicológica debe revisar y evaluar minuciosamente esta trayectoria para detectar si el origen de este impedimento es emocional, y descartar que este impidiendo dar una beta positiva, en tal caso debemos trabajar la raíz de este bloqueo antes de continuar con el tratamiento tratando de que los niveles de estrés, ansiedad y depresión se minimicen optimizando así el porcentaje del embarazo y que se elabore un duelo con la mejor dirección posible.
Se ha constatado que el acompañamiento emocional baja los niveles de estrés y ansiedad, favoreciendo que el desarrollo de nuestro tratamiento arroje mejores resultados logrando también que el vínculo de la relación de pareja fluya en un sentido de armonía, haciendo hincapié en que la pareja es una familia, con hijos o sin hijos y lo más importante “se tienen el uno al otro”.
Fdo: Claudia Dorantes Lago. (Apoyo al paciente Centro FiVER)