La exposición durante la vida fetal a contaminantes ambientales como los denominados disruptores endocrinos disminuye la fertilidad masculina durante al menos tres generaciones, según un estudio realizado en ratones y publicado ayer en la revista Plos One.
El trabajo se ha desarrollado con ratones expuestos en el periodo embrionario, vía materna, a la vinclozolina, un fungicida muy usado en agricultura que tiene efectos antiandrógenos (inhiben las hormonas sexuales masculinas). Este componente se emplea en viñedos, frutales o plantas ornamentales con distintos nombres comerciales en diversos países, explicó Jesús del Mazo, del español Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
En este trabajo se han probado dos dosis distintas de vinclozolina, una de ellas por debajo de la consideración Noael (No Observed Adverse Effect Level), un nivel donde se había establecido que no se observaban efectos adversos.
En el estudio se proporcionó un miligramo por kilo de peso corporal al día y se comprobó que la exposición durante la vida fetal a este contaminante altera la fertilidad masculina.
La alteración, según Del Mazo, se constata en al menos tres generaciones después de la prueba aunque las siguientes no hayan sido expuestas directamente.
Además de esta dosis, los investigadores usaron unas cien veces más alta porque el metabolismo del ratón es más acentuado que el de los humanos, explicó Del Mazo: “Hemos encontrado los mismos efectos, más marcados”.
Hace ya algunos años hay datos que indican que los descensos en la calidad y cantidad espermática tanto en humanos como en múltiples especies, junto con el aumento de cáncer testicular y malformaciones en genitales, pueden estar “en buena parte” inducidos por el efecto de algunos contaminantes químicos. (I)